Esta solitaria pared del jardín pedía a gritos un poco de vida y algo de color...
Así que nos pusimos manos a la obra para darle las dos cosas: Color y vida.


Lo primero siempre al comenzar un trabajo en mosaico es dibujar ...



Luego poco a poco, trozo a trozo va tomando forma, vida y color...



Hasta completar la obra bañada en vivos colores que alegran el jardín.
Y así quedó este bello y colorido Papagayo...


Y como quedaron piezas de colores es que hicimos también estas bellas muchachas morenas con sus cántaros en la cabeza.
Mágico.