Hasta que ocurrió.
Con algo de tela en los tonos y un poco de algodón comencé a dar vida a mi nuevo (y primer, debo decirlo) alfiletero (también conocidos como acericos)
Una cinta alrededor y un botón dorado como detalle
le dieron el toque.
Como la idea me quedó gustando y mis alfileres eran muchos, me fijé en esta belleza de tacita abandonada, sola ella quizá desde cuando y me lancé a la tarea de hacerla protagonista de una nueva aventura.
El sistema es básicamente el mismo, cortar un círculo de tela ojalá en los tonos, hilvanar la orilla por completo, apretar o fruncir hasta casi cerrar el círculo, rellenar con algodón sintético y apretar hasta cerrar formando una pelotita.
Pego esta pelotita con silicona caliente (aunque puede ser fría o con otro pegamento) a todo el borde de la taza. Un dato: rellené las tazas con papel para asegurarme que la pelotita de tela no se fuera al fondo al empujarla fuerte.
Finalmente una cinta alrededor le da el toque mágico.
Paloma y Bastián |
Lo más lindo es que mis chanchitos se entretuvieron mucho ayudándome a pinchar los alfileres, media hora de chanchitos tranquilos en casa es un impagable.
Estoy felíz con el resultado, además como regalo puede ser muy útil y delicado.
Que lindo reciclaje, de verdad que es súper lindooooo.
ResponderEliminarCariños,
Piedad
Muy buen reciclaje, me lo pensaré la próxima vez que se me rompa una taza... gracias por compartir!!!
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